Por desgracia, el estrés ha pasado a ser parte del dÃa a dÃa de cada vez más gente. De hecho, un estudio online realizado por la Fundación de Salud Mental en el año 2018 descubrió que, en el año 2017, un asombroso 74% de las personas sufrieron unos niveles de estrés tan altos que no sabÃan cómo afrontar la situación.
Dicho esto, todos tenemos dÃas en los que parece que todo nos sale mal, pero, por suerte, podemos seguir algunos sencillos pasos para controlar los niveles de estrés y que la situación no se nos acabe yendo de las manos.
1. Mantente activo
No es ningún secreto que el ejercicio puede ser un buen remedio para el mal humor, porque ayuda a desahogarse y proporciona una buena inyección de endorfinas. Muchos estudios han demostrado que el ejercicio aeróbico de alta intensidad ejerce un efecto positivo sobre la salud mental y el bienestar.1
Por lo tanto, por mucho que te apetezca llegar a casa y meterte en la cama después de un mal dÃa, quizá te ayude más ir al gimnasio y hacer una buena sesión de HIIT.
2. Desintoxicación digital
¿Cuántas veces revisas el correo del trabajo fuera de tu horario laboral? O lo que es peor aún, ¿cuánto tiempo pasas en Instagram stalkeando cientos de cuentas de playas paradisÃacas en las que te gustarÃa estar o cuentas de cuerpos fitness prácticamente inalcanzables?
Si has tenido un mal dÃa y no estás en tu mejor momento, las redes sociales pueden hacerte más mal que bien. Aunque todos sabemos que hoy en dÃa las redes sociales no representan la vida real, es difÃcil no compararse con esas fotos editadas con tantos filtros que ni siquiera parecen reales. Dale un descanso a tu cerebro y deja el móvil en la mesa.
3. Sal a caminar
Se podrÃa decir que este punto es una combinación de los dos primeros, pero puede ser una buena forma de lidiar con las emociones en el trabajo. Si tienes un mal dÃa en el trabajo y sientes que puedes explotar en cualquier momento, tomarte tu tiempo para salir de donde estés y respirar un poco de aire fresco puede ayudarte a relajarte y controlar la situación.
Dedica unos minutos a relajarte, realiza algunas respiraciones profundas, reconsidera la situación y puede que vuelvas con una mejor actitud a tu puesto de trabajo. Dar rienda suelta al estrés no te llevará a nada bueno.
4. Habla con amigos y familiares
No te lo guardes todo para ti y te conviertas en una especie de bomba de relojerÃa a punto de estallar. Seguro que a ti te gusta ayudar a los demás en todo lo que puedas, pero lo bueno es que a ellos también les gustará ayudarte a ti en todo lo que necesites. Tu cÃrculo de personas más cercano está ahà para apoyarte en los buenos y malos momentos de la vida, pero primero tienes que abrirte a ellos para que puedan ayudarte.
Pero, si sientes que tu problema puede afectar a tus amigos y/o familiares, o directamente ellos son el problema, puedes recurrir a alguien más imparcial. Seguro que hay algún compañero de trabajo con el que puedas hablar o alguien de recursos humanos que te escuchará con mucho gusto.
Cuando compartes un problema con alguien, sea quien sea, estás reduciendo la carga a la mitad. Nunca nadie deberÃa pasar por cualquier problema solo.
5. Haz una lista de tareas pendientes
¿Cuántas veces has tenido tantas cosas pendientes por hacer que no has sabido por dónde empezar y directamente no las has hecho? Pararte a pensar en todas las tareas pendientes quizá no sea la mejor forma de lidiar con tus problemas, pero es algo que todos hacemos por instinto.
En lugar de agobiarte y obsesionarte con la montaña de tareas pendientes que tienes delante, organÃzate y haz una lista por orden de preferencia. Este simple gesto te ayudará a gestionar mejor tu tiempo, tus emociones y tu energÃa, tanto fÃsica como mental. Da igual el método que utilices para organizarte, pero hazlo de la forma que más fácil te resulte gestionar la lista para ir tachando cosas.
¿Has puesto en práctica todos estos pasos pero todavÃa te sientes estresado? En ese caso, puede que sea el momento de buscar ayuda profesional o hablar con tu médico.
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Nuestros artÃculos están redactados con fines educativos e informativos, jamás deberán tomarse como una consulta médica. Si fuera necesario, en su lugar visite a su médico o a un profesional antes de comenzar a utilizar suplementos o hacer cambios en su dieta.
Traducido por Rubén Del Toro
Norris, R., Carroll, D., & Cochrane, R. (1992). The effects of physical activity and exercise training on psychological stress and well-being in an adolescent population. Journal of psychosomatic research, 36(1), 55-65.